La Floralis Genérica es una imponente escultura metálica ubicada en la Plaza de las Naciones Unidas, en el barrio de Recoleta. Fue diseñada por el arquitecto argentino Eduardo Catalano y donada a la ciudad en 2002. Con sus 23 metros de altura y pétalos de acero inoxidable, representa una flor que se abre y cierra según la luz del día, simbolizando la renovación constante. Es una de las obras contemporáneas más fotografiadas de Buenos Aires y un ícono moderno que contrasta armónicamente con la elegancia clásica del barrio. Su presencia destaca la fusión entre arte, tecnología y espacio público.