Recoleta es uno de esos barrios que invitan a caminar sin apuro. Entre edificios elegantes, museos, cafés y monumentos, también hay algo que lo hace único: sus plazas y parques llenos de historia, verde y vida urbana. Son el corazón del barrio, donde vecinos, turistas, artistas callejeros, músicos y paseadores de perros conviven como si se conocieran de toda la vida.
Acá te cuento cuáles son los espacios verdes más lindos de Recoleta, para que salgas a pasear, a tomar mate, a leer un libro o simplemente a frenar un rato del ritmo porteño.
Plaza Francia: el alma del barrio

Si hay una plaza emblemática en Recoleta, esa es Plaza Francia. Frente al Centro Cultural Recoleta y la Basílica del Pilar, este espacio verde es el punto de encuentro por excelencia, sobre todo los fines de semana cuando se llena de vida.
Con su feria de artesanías, sus músicos ambulantes, mimos, familias y turistas sacando fotos, es el lugar ideal para sentarse al sol o tirarse bajo un árbol a mirar el cielo. Además, tiene vista directa al Cementerio de la Recoleta y a la Floralis Genérica a lo lejos, lo que la convierte en una de las postales más porteñas que hay.
Plaza Intendente Alvear (mal llamada Plaza Francia)

Este es uno de esos clásicos malentendidos porteños. Lo que la mayoría llama “Plaza Francia” en realidad es Plaza Intendente Alvear, que está justo al lado, entre la calle Junín y la Av. del Libertador. Pero nadie le dice por su nombre oficial.
Es conocida por la feria de artesanos que la ocupa todos los fines de semana y feriados, y por ser uno de los spots favoritos de jóvenes, mochileros, skaters y turistas. También es ideal para tomar algo en alguno de los cafés cercanos, mirar la movida o simplemente disfrutar el verde con vista a la arquitectura señorial del barrio.
Parque Thays: arte al aire libre

Un poco más al sur, entre las avenidas Figueroa Alcorta y Callao, está el Parque Carlos Thays, uno de los espacios verdes más grandes y modernos del barrio. Se caracteriza por su diseño abierto, su pasto siempre prolijo, y por ser sede de varias esculturas contemporáneas al aire libre, como el famoso Torso Masculino Desnudo de Botero.
Es ideal para caminar, hacer picnic, ir con chicos o simplemente tirarse a tomar sol con vista a los edificios del barrio. Además, está muy cerca del Museo Nacional de Bellas Artes y del Palais de Glace, lo que lo convierte en parte de un circuito cultural muy completo.
Plaza Mitre: historia y tranquilidad

Ubicada justo frente a la Facultad de Derecho y la Biblioteca Nacional, Plaza Mitre es una joyita un poco más tranquila, con árboles altos, caminos empedrados y bancos que invitan a la lectura. En el centro está el monumento a Bartolomé Mitre, rodeado por una pequeña glorieta y jardines cuidados.
Es perfecta si buscás un rincón más silencioso dentro del ajetreo del barrio. Desde ahí, además, tenés una vista increíble de la Floralis Genérica y podés cruzarte con estudiantes, lectores o vecinos paseando al perro.
Jardín de la Floralis Genérica

Aunque no es una plaza en sí, el espacio que rodea la famosa Floralis Genérica es uno de los puntos verdes más visitados de la zona. La escultura de aluminio, diseñada por Eduardo Catalano, se abre y se cierra con la luz del día, y se volvió ícono porteño con el paso de los años.
El parque que la rodea tiene caminos que la bordean, bancos y un estanque que la refleja. Es ideal para sentarse al atardecer y mirar cómo cambia la luz sobre el metal. Además, es uno de los spots fotográficos más buscados de Buenos Aires.
Plazoleta Rubén Darío y alrededores

Entre la Av. del Libertador y Figueroa Alcorta hay una serie de plazoletas y espacios verdes que, aunque más chicos, son ideales para frenar un rato en una caminata o paseo en bici. Una de las más lindas es la Plazoleta Rubén Darío, con esculturas y vista al Museo de Arte Decorativo.
Este conjunto de parques conecta el circuito cultural con el natural, y es parte del corredor verde que une Recoleta con Palermo. Si te gusta el arte público y los espacios amplios, esta zona te va a encantar.
Recoleta, un barrio para vivir a cielo abierto
En una ciudad como Buenos Aires, donde el movimiento es constante y el ritmo no para, Recoleta ofrece un respiro. Sus plazas y parques no son solo paisajes bonitos: son espacios donde se respira identidad, historia y cotidianidad.
Ya sea que vengas a pasear, a leer, a sacar fotos, a compartir un mate o simplemente a mirar la gente pasar, los espacios verdes de Recoleta te invitan a bajar un cambio y disfrutar. Porque, al final, no hay lujo más grande que sentarse en una plaza linda, con sombra de árboles viejos y la ciudad latiendo alrededor.